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Cosiendo en salud, tejiendo relaciones

Los Trabajadores Sociales en el ámbito sanitario forman parte de la atención integral a la población, siendo un recurso fundamental en la dinamización de la población a través de la metodología participativa, fomentando las redes y grupos sociales. Este artículo pretende dar a conocer el trabajo preventivo y rehabilitador que se realiza en la Atención Primaria, más allá de la atención asistencialista dentro del binomio salud-enfermedad y la burocracia de las consultas. El Trabajo Social en Salud constituye una actividad profesional especializada, parte integrante e integradora en los equipos multidisciplinares favoreciendo un abordaje integral de la salud. Su actividad en el marco de la Atención primaria tiene un alcance promocional, preventivo, asistencial y rehabilitador. Enlace fundamental entre el sistema sanitario y la comunidad a través de la coordinación sociosanitaria y la gestión de casos.

Se detectan distintas situaciones que hacen entrever la necesidad de intervenir desde la multidisciplinariedad, tratando al paciente como un todo desde las distintas esferas que lo conforman, estudiando los distintos factores que hacen que se enferme, e incidiendo en modificar los determinantes sociales para cambiar esos aspectos que contribuyen a una mejora de nuestro bienestar físico, psíquico y social. Se entiende el ámbito de la intervención comunitaria como una oportunidad para comprender y hacer frente a la complejidad de la realidad social, construyendo nuevos modelos de participación. Es por tanto que se percibe la necesidad de trabajar la soledad en profundidad más allá de la asistencia de la atención en las consultas, siendo conscientes de las consecuencias devastadoras que la misma tiene en la salud de quien la sufre, llegando en muchas ocasiones a enfermar. Cabe destacar el abuso en la mayoría de las ocasiones de tranquilizantes y/o benzodiazepinas con el fin de la búsqueda de esa falsa evasión. 

Nos encontramos con una parte de nuestra población con un denominador común, la soledad y sus consecuencias, que se da principalmente en mujeres de edades comprendidas entre los 50-70 años. Poniendo en marcha una actividad de participación grupal fomentaremos en gran medida la lucha contra el aislamiento impuesto por sus circunstancias personales. Aprovechamos el auge actual de las actividades manuales como es la costura para la creación y puesta en marcha del grupo piloto “Cosiendo en Salud”. Los expertos señalan que hacer manualidades puede ayudar a aquellos que sufren de ansiedad, depresión, soledad o dolor crónico. También puede disminuir el estrés, aumentar la felicidad y proteger el cerebro de daños causados propiamente por el envejecimiento.

La intervención comunitaria es una herramienta muy potente dentro del campo sanitario y poco utilizada debido principalmente a la falta de tiempos para la elaboración de proyectos sanitarios. Debemos de relativizar las dificultades, potenciar nuestras fortalezas, aplicando la teoría y construyendo nuevos modelos de participación que creen dinámicas y sinergias multiplicadoras que produzcan cambios estructurales y personales. Intentando adaptar los espacios y tiempos, reivindicando otra Atención primaria donde la prevención transforme nuestra actual realidad asistencialista, primando la educación sanitaria para que revierta en un descenso de las consultas, fortaleciendo y empoderando activamente a los individuos en aumentar su salud.

La Atención primaria debe de desarrollarse desde una visión holística en la que se sitúe al usuario en el centro del sistema sanitario, en el que se valore su estado clínico, funcional, cognitivo y social. Dicha visión es imprescindible para la orientación de planes terapéuticos y constituye la base fundamental de la atención sanitaria. 

Los usuarios deben de ser parte activa del sistema de salud, siendo los Centros de Salud un recurso más dentro de la comunidad de participación en coordinación con los distintos agentes comunitarios. Hay que reducir la carga asistencial y potenciar las actividades de prevención. Se deben de aunar esfuerzos en invertir en políticas transversales directas y comunitarias en la que la Atención primaria sea el eje fundamental del sistema y parte integradora de la comunidad. Además, hay que dotar a la Atención primaria de los recursos tanto profesionales como materiales adecuados para su desarrollo.

Esta entrada es un extracto del artículo “Cosiendo en salud, tejiendo relaciones”, de Eva María Hombre Aguiar, publicado en el número 27 de la revista Actas de Coordinación.