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Foto de un niño con mascarilla mirando por la ventana y sosteniendo un peluche con mascarilla

El miedo o rechazo de los niños a salir a la calle durante estos días de confinamiento es una de las situaciones más frecuentes a las que los padres tienen que hacer frente. La situación vivida, las medidas de protección, los horarios restringidos para salir, no poder jugar con otros niños o en los columpios y muchas más cosas “nuevas”, pueden hacer que los pequeños se resistan a salir y los padres soliciten una solución rápida para ello.

¿Cómo podemos ayudar al niño a vencer esos miedos?

•    El primer paso a dar sería legitimar y normalizar la emoción, explicarles que es normal lo que sienten, que los adultos también lo sentimos pero que, si seguimos todas las normas que aconsejan los expertos no nos pasará nada. Por ejemplo, decirles  “Marta, es normal lo que sientes, yo también tenía miedo el primer día que salí… “tienes todo el derecho a sentirte así”, “a mí también me pasa, pero como vamos juntos nos podemos sentir más seguros…

•    El segundo paso consiste en dar a los niños la información adecuada según la edad y contestar a todas las preguntas que nos hagan, normalizando sus preocupaciones. 

•    En tercer lugar, hay que conseguir exponer al niño a la situación que le provoca el miedo, salir a la calle. Deberemos salir poco a poco, a poder ser a diario, siempre respetando los tiempos que el menor decida, e ir motivando de manera gradual el aumento de los mismos. Según aumente el tiempo fuera de casa, el niño comenzará a normalizar la situación y conseguiremos que los miedos se vayan mitigando. 

Pero ¿cómo consigo esa primera salida?

Para esto podemos utilizar un sistema de recompensas: jugar a lo que él quiera, preparar su comida favorita… la elección de la recompensa la dejaremos a la elección del menor. 

Durante la salida (o exposición a la situación que provoca miedo) motivaremos al menor de forma verbal constantemente, necesita un refuerzo positivo: “lo estás haciendo muy bien” “eres muy valiente”… 

Tras dicha salida es importante que hablemos con él sobre cómo se ha sentido, realizando una escucha activa de sus sentimientos y emociones, ya que “Una emoción no causa dolor. La resistencia o supresión de una emoción causa dolor”. Frederick Dodson. 

 

Ana Ortega Rico. Psicóloga Colegiada nº 34172. 
Especialista en Atención Temprana. Psicomotricista. 
Asociación Cuenta Conmigo Ayuda a padres y niños.
facebook.com/ACConmigo
 

Foto de un niño con mascarilla mirando por la ventana y sosteniendo un peluche con mascarilla

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