Todos conocemos el trabajo que conlleva cualquier trámite administrativo, la incertidumbre que genera la espera para conocer el resultado, si nos han reconocido el derecho o concedido lo que solicitábamos, y la misma confusión a la hora de realizarlo.
Soy una de las personas del equipo que atiende el servicio telefónico gratuito de la Fundación Caser para dar información en materia de dependencia y discapacidad. Cada día en este servicio observamos las dificultades de los ciudadanos,
Lucía, la hija de Antonia, de 75 años, es una de tantas personas que necesitaba ayuda para entender cómo acceder a ayudas, yo misma la atendí. Lucía se puso en contacto con nuestro servicio para conocer cuál era la diferencia entre dependencia y discapacidad, ya que, aunque ambos términos son diferentes, pueden generar cierta confusión. La madre de Lucía había sido reconocida con un grado II de dependencia y quería conocer si eso implicaba tener reconocida la discapacidad. La discapacidad valora las deficiencias (física, psíquica o sensorial) que puede presentar una persona, mientras que la dependencia tiene en cuenta la autonomía personal para la realización de las actividades básicas de la vida diaria. Ambos términos son diversos ya que implican diferentes circunstancias, por ello, tal y como le comenté a Lucía, es necesario la realización de distintos trámites para su reconocimiento. Esta pequeña aclaración bastó para que Lucía emprendiera un nuevo proceso de valoración para su madre con el fin de acceder a ayudas adicionales relacionadas con su discapacidad.
También recibí la consulta de Martín. Tenía dudas en relación con la fecha de validez de su certificado de discapacidad, el cual vencía en diciembre de 2019. Desconocía el procedimiento que debía de llevar a cabo para solicitar de nuevo la revisión. Generalmente, en estos casos es el propio Centro Base de Valoración y Orientación de la Discapacidad quien contacta con los usuarios para establecer una cita para la revisión de oficio. Me puse en contacto con su centro base para solicitar información y nos comunicaron que contactarían con él para elegir la fecha de valoración, pero en el caso de que no lo hicieran, Martín podría comunicarse con ellos de nuevo con una antelación máxima de dos meses a la fecha de validez de su certificado de discapacidad, y así poder solicitarla.
En Fundación Caser somos conscientes de la necesidad de guiar a los ciudadanos para ayudarles en el acceso a las distintas prestaciones y servicios, por ello, profesionales del ámbito de trabajo social, ofrecemos una información, complementaria a la existente, para facilitar los procedimientos administrativos y orientar a las personas con discapacidad o dependencia y a sus familiares, en la cumplimentación de la documentación pertinente y el lugar de presentación para obtener el reconocimiento de sus derechos y acceder a las prestaciones correspondientes.
¿También tienes dudas? Llámanos y mis compañeras y yo, haremos cuanto esté en nuestra mano para ayudarte.
Ana María García Delgado
Trabajadora social
Servicio telefónico gratuito en materia de dependencia y discapacidad.
900.102.180
orientacion@fundacioncaser.org
Fundación Caser