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Todo lo que has de saber esta primavera si eres alérgico al polen

Según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), las enfermedades alérgicas por pólenes afectan en nuestro país a más de ocho millones de personas, siete de los cuales son alérgicos a gramíneas seguidos en orden decreciente por alergia al olivo, arizónicas, plátano de sombra, salsola y parietaria. En el centro peninsular los pólenes más frecuentes son los de gramíneas, olivo y cupresáceas.

Las cupresáceas, que suelen ser los primeros pólenes en aparecer antes de la primavera, han tenido un comportamiento diferente con respecto al 2022. En los primeros meses de este año las temperaturas han sido más frías, por lo que los niveles de polen de cupresáceas han sido inferiores. De hecho, en las primeras semanas de marzo se han dado las condiciones bioclimáticas para el cambio de tendencia alcista.

Para poder determinar la intensidad de la primavera de este año en las diferentes zonas geográficas, el Comité de Aerobiología Clínica de la SEAIC ha utilizado los datos de temperatura, precipitaciones y humedad suministrados por la Agencia Estatal de Meteorología junto con los datos históricos de pólenes de gramíneas de las diferentes estaciones de la Red de Captadores de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica y asesorados por el Área de Estadística e Investigación Operativa  de la Universidad de Castilla-La Mancha. 

Tras el análisis exhaustivo de los datos, se prevé que la primavera en el centro peninsular sea variable en función de la localización. “La primavera en el centro peninsular será variable en cuanto a la concentración de gramíneas, oscilando entre los 1.000 granos/m3 de Teruel y Cuenca, los 6.000 granos/m3 de Toledo y los 4000 granos/m3 de Madrid”, explica el doctor Juan José Zapata, presidente del Comité de Aerobiología Clínica de la SEAIC.

“En Castilla-León y Castilla-La Mancha la primavera para los alérgicos a gramíneas será leve, mientras que en Madrid será moderada, donde el porcentaje de pacientes alérgicos al polen del plátano de sombra que está empezando estos días supera el 40% de polínicos, y algo más intensa en Toledo. Sin embargo, en Aragón se espera que los alérgicos tengan una primavera leve”, puntualiza el experto.

Resulta indudable que existe una relación directa entre las concentraciones de pólenes durante la primavera con factores meteorológicos como la lluvia y la temperatura del otoño e inviernos previos.  De hecho, la lluvia afecta a las concentraciones de pólenes de dos formas: una de ellas beneficiosa para los alérgicos y otra perjudicial. “A corto plazo la lluvia humedece los pólenes que hay flotando en la atmósfera, aumentando su peso y favoreciendo su depósito en el suelo impidiendo que puedan penetrar en las vías respiratorias, lo cual disminuye los síntomas de los pacientes alérgicos cuando este lloviendo. Sin embargo, a largo plazo la lluvia favorece el crecimiento de todas las plantas, sobre todo las gramíneas, lo que contribuye a un mayor desarrollo y un aumento en la producción de pólenes de gramíneas que se van a dispersar por la atmósfera en su momento de floración, con un aumento de los síntomas alérgicos”, concluye.

Según datos de la AEMET, el año pasado puede ser considerado como el más cálido de la serie histórica en España desde que hay registros. Por primera vez, se han superado los 15 ºC de temperatura media, un 1,6 ºC por encima del promedio normal de las últimas décadas. En cuanto a la pluviosidad, esta ha disminuido un 24 % en el promedio normal, que suele ser de unos 200 l/m2.

El cambio climático es una realidad incuestionable y uno de sus múltiples efectos es el aumento de las enfermedades alérgicas por pólenes, debido a tres circunstancias: el aumento en la concentración de los pólenes, el mayor tiempo de exposición y la agresividad potencial a la que se ven sometidos. El aumento de la temperatura ocasionado por el cambio climático junto a los gases de efecto invernadero como el CO2, actúan como fertilizante de las plantas contribuyendo a un incremento en la producción de pólenes. “El aumento de las temperaturas está adelantando el periodo de polinización y retrasando su finalización, aumentando el periodo de exposición a los pólenes. Además, los contaminantes químicos actúan sobre las plantas y como no pueden desplazarse, tienen que defenderse y lo hacen modificando su metabolismo y produciendo nuevas proteínas, denominadas de estrés, que les permitan subsistir, pero que aumentan la alergenicidad de los pólenes”, explica el doctor Zapata.

Teniendo en cuenta el gran número de personas alérgicas al polen que hay hoy en día, resulta obvia la necesidad de apostar por la medicina de precisión en alergología. Un método que promueve los tratamientos personalizados para mejorar la calidad de vida del paciente alérgico. Para ello, el médico especialista en alergología resulta una figura imprescindible para poder atender a estos pacientes.


 

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