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Foto de una persona que está asistiendo a una revisión del otorrino

3 de marzo: Día Internacional de la Audición. Consejos para el cuidado de los oídos 

Los problemas de audición se encuentran entre los más comunes que sufre la población de todas las edades. En el Día Internacional de la Audición, los profesionales de la salud auditiva tienen la responsabilidad de sensibilizar sobre la importancia de prevenir problemas auditivos y, en caso de que ya se hayan producido, evitar que evolucionen o se agraven y lleguen a afectar la calidad de vida.

En este sentido, Sandra Salinas, audióloga del Servicio de Otorrinolaringología de la Fundación Jiménez Díaz, insiste en la necesidad de favorecer la detección temprana de cualquier tipo de problema o deterioro auditivo en personas de todas las edades. 

“La salud auditiva requiere de un correcto funcionamiento tanto de la parte fisiológica, de la que depende oír, como de la comunicación, que se desarrolla en el lenguaje”, explica Salinas. Asimismo, subraya que hay que cuidar ambos aspectos en paralelo y de forma conjunta a cualquier edad, “porque el oído es un órgano y un sentido vital para mantener la calidad de vida y estar conectados con el mundo”.

Por ello, la audióloga recuerda que no deben introducirse en los oídos ningún tipo de objetos, como bastoncillos, horquillas o algodones, y recomienda no abusar de los auriculares, limitar su tiempo de uso a 60 minutos y a volumen bajo, y utilizar tapones de baño.

Asimismo, para garantizar que la audición sea adecuada a cada edad, Salinas recomienda revisarla con el profesional especializado cuando “se tenga sensación de taponamiento, sin intentar en esos casos limpiar el oído por nuestra cuenta con productos caseros ni sacar el tapón de cera, ante el dolor de oído y supuración, con o sin fiebre, y si se tiene sensación de presión persistente por cambio de presiones”. Otros síntomas ante los cuales conviene acudir a la consulta de Otorrinolaringología son la sensación de picor constante en el conducto auditivo, la percepción de disminución de la audición, acompañada de zumbidos o pitidos, o los vértigos o mareos.

Y es que, como advierte la experta en Audiología, “no tratar los problemas auditivos puede tener consecuencias en términos de aislamiento”, como lo demuestran estudios que confirman que una pérdida auditiva no tratada puede estar relacionada con el aislamiento, así como con el estrés, la depresión y otros problemas de salud.

Además, no es igual oír que entender. “Los oídos trabajan juntos para ayudar al cerebro a orientarse, y cuando existe una dificultad auditiva, también la hay para escuchar ciertos sonidos. Por lo tanto, el cerebro tiene que realizar un trabajo extra rellenando por deducción, lo que resulta frustrante y agotador”, señala. En el mismo sentido, con dificultades auditivas, falta información y el cerebro gasta más energía, reduciendo la memoria y aumentando el riesgo de deterioro cognitivo. Por el contrario, cuando tenemos audición correcta, el cerebro recibe una información más detallada.

En definitiva, “una buena audición conecta con el mundo, permite disfrutar, informarse, comunicarse y mejora la autoestima, la estabilidad emocional y la independencia”, concluye Salinas. 

 

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