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En la cavidad oral conviven millones de bacterias, sin que esto sea sinónimo de patología. En condiciones habituales predominan las bacterias “amigas”, que mantienen bajo control a las bacterias que producen enfermedades. A este fenómeno se le llama simbiosis. Cuando ocurren determinadas circunstancias como, por ejemplo, el aumento de la temperatura y la deshidratación, este equilibrio se altera, aumentando las bacterias patógenas responsables de la caries, la enfermedad periodontal y la halitosis. 

Por eso es tan importante mantener una buena salud bucodental durante el verano, para disfrutar de unas vacaciones sin molestias. El Consejo General de Dentistas ofrece estas sencillas recomendaciones:

  • Tener una buena higiene oral: no se debe descuidar la rutina diaria del cepillado y uso del hilo dental o cepillos interdentales. Hay que cepillar los dientes, al menos, dos veces al día (por la mañana y antes de acostarse) durante dos minutos cada vez, con pasta dentífrica fluorada. A esto hay que sumarle también la limpieza de la lengua.
  • Llevar una dieta saludable: durante las vacaciones se suelen producir cambios dietéticos y es más común el picoteo entre horas y consumir alimentos y bebidas azucaradas con mayor frecuencia. Hay que intentar limitar el consumo de dulces, refrescos y alimentos procesados ricos en azúcar, ya que estos incrementan el riesgo de caries y dañan el esmalte dental. Es más recomendable elegir opciones saludables como frutas frescas, verduras, pescados y agua.
  • Mantenerse hidratado: beber suficiente agua es importante para la salud en general y también para la salud bucodental. El agua ayuda a mantener la boca hidratada, lo que contribuye a la producción de saliva y a combatir las bacterias patógenas, protegiendo los dientes de la caries. 
  • Evitar el consumo de bebidas alcohólicas: el alcohol deshidrata y daña los dientes y las encías. Además, algunas bebidas alcohólicas pueden tener un alto contenido de azúcar. 
  • Usar protector bucal durante las actividades al aire libre: los traumatismos dentales aumentan considerablemente durante la época estival debido a la mayor práctica de deportes y juegos. Los datos indican que se produce un pico de mayor prevalencia de fracturas dentales entre los 7 y los 12 años, y los protectores bucales ayudan a prevenir lesiones en los dientes, labios y encías en caso de golpes o caídas. 

Si un golpe provoca una avulsión (se desplaza el diente de su alveolo, haciendo que se mueva aunque sin expulsarlo del todo) es importante no usar colutorio, ni tocar el diente. 

Si el traumatismo ha roto un trozo de diente, se recomienda recuperar y conservar el fragmento de diente roto en suero salino, agua o leche. Si el traumatismo ha sido tan fuerte que ha expulsado el diente por completo se debe recuperar sujetándolo por la corona (nunca por la raíz), no limpiarlo, ni enjuagarlo.

Tras seguir estos pasos, en ambos casos hay que acudir de inmediato al dentista aunque el diente no esté fracturado, porque pueden existir otros tipos de daños, por ejemplo, en la raíz del diente, que no se aprecian a simple vista.  

  • Protegerse del sol: se deben aplicar cremas y labiales con factor de protección solar y evitar la exposición excesiva al sol. 
  • Al volver de vacaciones se recomienda pedir cita con el dentista para una revisión rutinaria.

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